La Casa Cornide abre sus puertas entre la expectación y las quejas por un inmueble «vacío»
Los usuarios que han conseguido reservar una visita, limitadas solo a cinco personas en cada turno, lamentan haberse encontrado con un inmueble "vacío" más allá del propio edificio con "techos originales de piedra, alguna estatua y réplicas en puertas"

Primera visita a la Casa Cornide con la alcaldesa coruñesa, Inés Rey; el portavoz del grupo municipal del BNG, Francisco Jorquera; el historiador Alfredo Vigo y el representante de la Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica, Rubén Centeno
La Casa Cornide de A Coruña, el palacete del siglo XVIII ubicado en la Ciudad Vieja y que los Franco han abierto tras incumplir hasta la fecha los requerimientos para dar respuesta a esta obligación legal tras ser declarado Bien de Interés Cultural (BIC), ha abierto este lunes sus puertas en una clima que mezclaba al mismo tiempo la expectación y las quejas de los usuarios.
Con unas visitas limitadas solo a cinco personas en cada turno, fueron pocas las personas que han acercado hasta el lugar ante la expectación que sí había de medios de comunicación desde primera hora de la mañana, con una visita en un primer turno realizada por la alcaldesa coruñesa, Inés Rey; el portavoz del grupo municipal del BNG, Francisco Jorquera; el historiador Alfredo Vigo y el representante de la Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica, Rubén Centeno.
Posteriormente, se han ido sumando los que, tras difundirse la noticia de que la Casa Cornide estaría abierta al público los lunes, lograron hacer la reserva en la web habilitada para ello.
«Interesante» o «recomendable» fue algunos de los términos empleados por los que lograron acceder, pese a que lamentaban haberse encontrado con un inmueble «vacío» más allá del propio edificio con «techos originales de piedra, alguna estatua y réplicas en puertas», resumía el historiador Alfredo Vigo.
Como otros, este experto subrayaba el hecho de que no había «ningún mueble», algo que destacaron otros visitantes. Alguna visitante admitía que acudía con el objetivo de ver «la estructura» del inmueble, en el que se hicieron reformas en la década de los sesenta, pero sin la esperanza de que hubiese más dentro.
«Había dentro un montón de papeles con membrete de la Jefatura del Estado, me llamó la atención como si lo hubiesen dejado aposta», señaló un visitante que precisó que se trata de un palacete con «muchos baños y habitaciones», pero «vacío».
Con todo, recomendó la visita, aunque lamentó que hasta el próximo año no se puedan reservar más, algo en el que han incidido también representantes de Defensa do Común, que convocaron una protesta este lunes ante la entrada del inmueble.
Los que se acercaron en esta jornada eran de A Coruña, conociendo en algún caso la historia del inmueble, en el que una persona de seguridad se ha encargado de regular las visitas.
«Tienen que saber que los privilegios se acabaron», manifestaba otra mujer que no logró acceder a las visitas, pero sí acudió hasta el lugar. «Era la casa de un filántropo coruñés, José Cornide, que la dejó en testamento — a la ciudad — y consiguieron robarlo», ha lamentado otro joven, en línea con otro que le acompañó a la protesta convocada por Defensa do Común y que calificó de «estrategia» que el inmueble esté «vacío».
Protesta a las puertas de la Casa Cornide
Una treintena de personas se han concentrado ante la Casa Cornide para exigir su «devolución» al patrimonio público. Ha sido con carteles en los que se podía leer ‘Devolución de la Casa Cornide al pueblo de A Coruña. Franquismo Nunca Más’ o que ‘Devuelvan todo lo robado’ en el marco de una protesta en el que han demandado, además, que el Ayuntamiento herculino impulse las actuaciones para su devolución al patrimonio público y que «convoque movilizaciones para que los Franco se marchen».
Así lo ha expuesto, en declaraciones a los medios de comunicación, Manuel Monge, presidente de Defensa do Común, entidad convocante de la protesta y que desde hace años ha promovido distintas movilizaciones para lograr que la propiedad que los Franco lograron en la década de los sesenta sea de nuevo de la ciudad.
Al respecto, Monge ha explicado que el inmueble era propiedad del Ayuntamiento de A Coruña y llegó a ser de Carmen Polo, esposa del dictador, a través de una puja, en la que Pedro Barrié de la Maza se hizo con la casa por 305.000 pesetas para cuatro días después formalizar la venta a los Franco por 25.000 pesetas.
«Sin que haya constancia de ningún pago», han insistido en línea con el escrito que han repartido tanto a los medios de comunicación como a las primeras personas que han accedido al inmueble.
«Vamos a seguir reivindicando la devolución, no solo que se abra», ha insistido para demandar también que se retiren las distinciones a personas que tuvieron, a su juicio, «un papel fundamental» en lo que Defensa do Común considera un «expolio».
Sobre las visitas, ha argumentado que las primeras están «arregladas» por haberse hecho público el miércoles que se abría el plazo de visitas para en un plazo corto decir que ya estaba todo el mes de agosto cubierto.
«Proponemos que en vez de una visita cada semana se hagan, por lo menos, tres, y en vez de cinco personas por visita, sean quince», ha dicho para argumentar también que la gestión de las mismas debería ser a través del consistorio coruñés.