| Entrevista

Yago Campos, director de innovación de Hijos de Rivera: “Cuanto más se extienda la IA, más se valorará la artesanía de Estrella Galicia”

Con 15 años de trayectoria en Hijos de Rivera, Yago Campos explica la apuesta de la compañía por las bebidas funcionales que puedan ayudar a la salud del cliente y defiende los programas de innovación abierta, que "hace años eran impensables en nuestra empresa"

Yago Campos, director de Innovación de Hijos de Rivera / EDG

Yago Campos, director de Innovación de Hijos de Rivera / EDG

El museo Mega de Estrella Galicia recibe más de 50.000 visitantes al año, pero más allá de la difusión de la cultura de la cerveza y de la historia de la compañía, para Yago Campos encierra una historia personal. En aquel lugar hizo la entrevista para conseguir una beca y empezar a trabajar en la compañía donde lleva ahora 15 años. Tiempo después de su entrada en el departamento de márquetin de Hijos de Rivera, coordinaría el proyecto para crear el museo Mega en el mismo lugar donde tuvo su primer contacto con la dirección del grupo. En aquel espacio del polígono de A Grela empezó una ya dilatada trayectoria que le permitió participar en la creación del departamento de I+D, creciendo con la compañía hasta convertirse en el director de Innovación de Corporación Hijos de Rivera. En honor a ese cargo participó en el I Gran Foro de Innovación y Emprendimiento organizado por APD y la Xunta, donde defendió los procesos de innovación abierta, incluyendo la colaboración con grandes empresas.

– ¿Dicen de usted que es un ejemplo vivo de crecimiento dentro del grupo?

Este es mi decimoquinto año en la empresa. Estudié Dirección de Empresas en la Universidade de Vigo y un MBA en la Escuela de Negocios Caixanova, ahora Universidad Intercontinental de la Empresa. Y cuando lo estaba finalizando, tuve la ocasión de entrar en el primer programa de prácticas en el departamento de márquetin de Hijos de Rivera. Completé mi beca y luego entré en el departamento de márquetin, donde estuve dos años trabajando. Luego, en 2013, tuve la suerte de participar en la creación del departamento de innovación y, poco a poco, he ido acumulando experiencia y me han brindado oportunidades para crecer y para llegar a ser hoy director de ese departamento.

Pues eso habla bien de la capacidad de Hijos de Rivera para aprovechar el talento interno


La verdad es que las oportunidades que he tenido fueron increíbles. Donde yo hice la entrevista para el proceso de selección de la beca, años después tuve la oportunidad de coordinar el proyecto del museo, que tomaba esa sala antigua de reuniones y de entrevistas que teníamos, y las calderas del principal edificio de fabricación, que quedó obsoleto en 2012. Es una buena metáfora que en el lugar donde hice la primera entrevista, años después, pudiera participar en un proyecto tan grande como la creación de un museo.

Acostumbra a decir el CEO de Inditex, Óscar García Maceiras, que la sostenibilidad no es posible sin innovación ¿Qué impacto ha tenido el proceso de descarbonización de la economía en el departamento de innovación de Hijos de Rivera?


Ha sido fundamental. Nosotros no concebimos ningún proyecto de innovación sin que repercuta en dos grandes ejes transversales para la compañía: acreditar nuestro ADN de gran artesano, que se traduce en que todos los productos que lanzamos tienen que tener una determinadas materias primas y un determinado proceso de elaboración. No hacemos copias de unos productos a otros. Estamos en contra, precisamente, de la estandarización cervecera. Y el otro gran pilar es que genere impacto positivo. Un impacto positivo en nuestro planeta.

-¿Por ejemplo?

Trabajamos proyectos con nuevos materiales sostenibles de packaging. Estamos innovando con un piloto de una botella para Cabreiroá biodegradable y compostable, que sea cuidadoso con nuestros orígenes. Potenciamos el cultivo de lúpulo en Galicia. Desarrollamos cervezas como las de Fábrica de Cervezas, con ingredientes autóctonos, que tengan pedigrí gallego, para poner en valor la cultura o la gastronomía. Y, claro, también son fundamentales las personas, ayudar a la salud de los consumidores. Ya no solo con productos de calidad y saludables, sino con productos 2.0, que ayuden a mejorar aspectos concretos de la salud de los consumidores. Este año hemos lanzado un agua sin sodio, que es especialmente recomendable para gente con problemas de hipertensión o problemas de corazón.

– ¿Cómo innovan ustedes?


Tenemos un proceso dividido en tres fases: observatorio, desarrollo y adopción. En observatorio, el equipo de innovación, que a día de hoy lo componemos seis personas, detectamos tendencias, investigaciones, oportunidades, y las llevamos a un foro estratégico, el comité de innovación, para decidir cuáles se activan y cuáles se mantienen en cartera o se descartan. Con las que se convierten en proyectos, hacemos un análisis en la compañía para ver si somos capaces de desarrollarlo con departamentos internos y proveedores más cercanos a nuestro modelo de negocio, o si es necesario ir más allá. Y cada vez es más necesario ir más allá. En ese caso, lo que creamos son ecosistemas de innovación abierta con equipos de trabajo formados por los departamentos y los partners que nos den know-how, agilidad y capacidad. Ahí entran startups, universidades o centros tecnológicos. En este aspecto es donde más hemos crecido en los últimos años. Pasamos de hablar con proveedores habituales de la industria cervecera, a hablar con empresas o centros tecnológicos que nunca hubiéramos pensado, como por ejemplo, trabajar con la Universidad de Pensilvania en un proyecto de investigación, o con empresas como Total Corbion en la investigación en una nueva botella.

– Espere… ¿Cómo detecta que una universidad en Estados Unidos puede ayudarle? ¿Buscan un desarrollo concreto y llegan a cualquier lugar del mundo para encontrarlo?


Surgen muchas oportunidades. Las colaboraciones surgen de detectar tendencias, de tener un equipo de innovación activo precisamente para esto. Esta es una de sus principales misiones. La innovación tiene que ser responsabilidad de toda la organización y la labor core de un equipo de innovación tiene que ser buscar las herramientas y los partners adecuados para ayudar a desarrollar esas iniciativas de innovación. Los departamentos de la compañía tienen que dar el ADN, la esencia de los proyectos, pero luego tiene que haber un equipo de innovación dinámico que busque, que se pregunte ‘Oye, ¿quién es el más puntero en este ámbito en Europa o en el el mundo?’ La dimensión depende del tipo de proyecto y la ambición que busquemos. La clave es tener ecosistemas, formar parte de hubs, de clústers de innovación, estar en contacto con fondos de inversión, con fondos como Unirisco, que está muy en contacto con universidades. Hay que moverse para estar a la vanguardia.


– ¿Es posible que algún descubrimiento, alguna innovación que detecten, cambie la estrategia empresarial o siempre es la estrategia lo que define lo que buscáis?


Puede pasar, pero ambas deben ir de la mano en todo momento. La estrategia debe ser la que ponga el faro hacia dónde quieres innovar. Sin una estrategia corporativa y de innovación, no se puede innovar. Sería crear cosas bonitas, pero sin una sentido práctico ni aplicación en el mercado. Pero sí que es posible que haya descubrimientos que puedan suponer que la compañía dedique más recursos a una determinada área de desarrollo que a otra. Como mencionaba antes, uno de los desarrollos en los que más creemos es en los productos funcionales. Y es una de las grandes ambiciones de nuestro consejero delegado (Ignacio Rivera), que desarrollemos productos que ayuden a la salud de los consumidores. Uno de sus grandes sueños es que tu mujer o pareja te recuerde que tomes la cerveza al llegar a casa porque te ayuda a mejorar cierto aspecto de tu salud.

También le escuché a Ignacio Rivera hace unos años comentar que las empresas gallegas innovan, pero son reacias a hacerlo de manera abierta. Y pedía precisamente eso, que fueran más abiertas a trabajar colaborativamente y a lograr avances compartidos ¿Eso ha cambiado?


Sí, creo que sí. La esencia de la identidad de cada pueblo se traduce también en sus empresas. Y, a lo mejor, en las empresas gallegas, y en una empresa como la nuestra, 100% familiar, 100% gallega, se puede seguir notando que somos, quizá, más prudentes, más cautos, a la hora de la innovación. Sin embargo, con los recursos y la ambición que tenemos no te puedes poner barreras. Ahora estamos cada vez colaborando en más iniciativas. Hace años era impensable que creáramos programas de innovación abierta. Pues hemos creado ya dos en los que colaboramos con universitarios para que nos planteen ideas, y luego las integramos en nuestro modelo de innovación, valorando su incorporación a los equipos. También tenemos un programa con startups, que vienen a A Coruña, les enseñamos todas nuestras instalaciones, se reúnen con responsables de logística o de comercial para que conozcan la empresa… Todo esto, hace años, no se hacía.

– ¿Y con grandes empresas?

Pues igual. A esto nos han ayudado mucho los clústeres. Formamos parte del clúster alimentario, también de Bioga, el clúster de biotecnología. Eso nos ha hecho tener más amplitud de miras y ver a empresas, a grandes corporates, de igual a igual, en el sentido de que, al final, un beneficio de innovación puede ser compartido y hay sinergias que te ayudan a crecer.

-¿Con cuáles han colaborado?

Por ejemplo, la que mencioné antes, Total Corbion, que es una multinacional muy potente en el ámbito de la energía y nos eligió para desarrollar un proyecto de packaging sostenible. Estamos trabajando con Grupo Empresarial El Almendro en hacer una cerveza de manera colaborativa, en la que ellos harán un turrón a partir de nuestra cerveza. Es un reto colaborativo que ya lanzamos el año pasado y esta va a ser la segunda edición. Ahora estamos estudiando muchas colaboraciones con empresas gallegas porque sigue siendo nuestra prioridad, ayudar al tejido empresarial gallego, que es ayudar a nuestro lugar de origen.

– ¿Van ustedes a sustituir a los trabajadores por inteligencias artificiales?

Hemos hecho varios estudios, no solo de tendencias, que ya sabemos por donde van, sino también alguno introspectivo, una reflexión de directiva para ver cuánto de amenaza u oportunidad vemos en la IA. Lo consideramos una oportunidad. Creemos que cuanta más inteligencia artificial y más valores digitales se transmitan, más se pondrá en valor la artesanía y la tradición de los productos. Y ahí tenemos una gran ventaja competitiva con todos nuestros productos y nuestras credenciales de artesanos. Y seguiremos insistiendo en ello. Seguiremos haciendo cervezas con ingredientes autóctonos, complicándonos la vida para hacer esa cerveza con pimientos de Padrón y con pulpo. Evidentemente, también queremos abrazar las nuevas tecnologías. Toda la IA está aplicada en la red corporativa empresarial para facilitar la vida de nuestros trabajadores. Desde el área que dirijo te puedo mencionar un proyecto piloto, que desarrollamos con cálculo computacional y herramientas de inteligencia artificial, para el estudio de péptidos funcionales en cereales, que luego nos permitirán valorar ingredientes para desarrollar bebidas funcionales. Si tenemos que hacer el estudio de esos péptidos humanamente tardaríamos años y años. Aún así, vamos a tardar años, pero muchos menos y de una forma más asistida y controlada.

-¿Dice usted que con la extensión de la IA se va a valorar más el carácter artesanal de Estrella Galicia?

Sí, efectivamente. Es lo que creemos. Evidentemente, no podemos ser ajenos a estas herramientas y hay que integrarlas, pues habrá multitud de proyectos que se nutran de ellas. Pero en el fondo, creemos que va a generar esa resistencia, un efecto de no olvidarnos de lo auténtico, de lo humano, de lo artesano, de lo hecho con las manos. Así es como nació la compañía y así es como sigue evolucionando. Acabamos de lanzar una cerveza, Rivera reposada, que cuenta con el periodo de maduración más largo del mercado español, y eso no lo hacemos porque nos lo recomienda una IA. Lo hacemos por creencia y pasión cervecera.

Dijo la conselleira de Economía, María Jesús Lorenzana, durante el Foro que no tenemos que prepararnos para el cambio sino acostumbrarnos a vivir en el cambio

Totalmente.

-Ya no se puede vivir de otra forma…

Yo creo que no. Y en el fondo, si lo abordamos con amplitud de miras, siempre ha sido así. El otro día estaba en un curso y la profesora nos enseñó un diapositiva que ponía ‘vivimos tiempos de cambio, nunca fuimos tan rápido como ahora’. Nos preguntaba, con cierta retórica, que de cuándo pensábamos que era esa foto. Pues era de los años cincuenta en un aula de Harvard. Esto se lleva diciendo durante décadas. Es cierto que cada vez estamos más hiperconectados y somos más conscientes de los cambios, pero en todas las épocas el ser humano se ha tenido que adaptar a descubrimientos científicos que han hecho que las condiciones de vida y profesionales cambien.

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