KKR, Atitlan, Driza… Nuevos operadores pugnan por entrar en Galicia en medio del bloqueo eólico

Hay más de un millar de megavatios eólicos proyectados por compañías que todavía no tienen parques en operación en la comunidad

Imagen de archivo de un parque eólico de Iberdrola / Iberdrola

Imagen de archivo de un parque eólico de Iberdrola / Iberdrola

El último informe de la Asociación Empresarial Eólica, la patronal española del sector, sitúa Galicia como la cuarta comunidad del Estado con mayor potencia instalada, 3.920 megavatios, a cierre de 2024 y la cuarta en generación, pues concentró el 14,5% de la energía producida en el Estado a partir del viento, con 8.636 GWh. A pesar de las buenas cifras en cuanto a contribución al PIB y al empleo, Galicia ha ido descolgándose de los puestos de cabeza debido al menor ritmo de instalación de parques en comparación con otros territorios como Castilla y León, Aragón, Castilla-La Mancha o incluso Andalucía. La situación judicial que atraviesa el sector, con más de 80 proyectos paralizados por el riesgo ambiental que conllevaría su construcción, es una pieza clave del frenazo y el principal obstáculo, aunque no el único, que identifican los promotores a la hora de movilizar inversiones.

Pese al peliagudo escenario, que se nutre de la falta de consenso social sobre los proyectos, al territorio gallego han llegado nuevos operadores que quieren comenzar a producir energía eólica. Empresas como Driza o Galenergy, fondos como Atitlan o promotoras de fuerte músculo financiero como Greenvolt, que tiene detrás a la gestora norteamericana KKR, han puesto sobre la mesa más de 1.000 megavatios para instalar, si bien alguno de ellos ya han sido rechazados o se encuentran paralizados en el TSXG. Por el momento, la aspiración de sumarse a los grandes actores del sector, como Iberdrola, Endesa, Acciona o Naturgy está en proceso de tramitación.

KKR mira a Ourense

V-Ridium, una filial de la portuguesa Greenvolt, presentó ante el Ministerio para la Transición Ecológica tres parques eólicos en A Limia de 118, 112 y 92 megavatios. En conjunto sumarían, por tanto, 320 megavatios, lo que situaría a la empresa entre los grandes operadores de la comunidad. Greenvolt fue, en su momento, la división de renovables del grupo de Altri, pero tras la desinversión planificada de la pastera que pretende construir una fábrica de fibras textiles en Palas de Rei, la compañía cayó en manos del fondo norteamericano KKR.

Los tres parques están todavía en el registro del Ministerio sin que conste una valoración favorable o desfavorable a su construcción, es decir, en proceso de tramitación.

Atitlan y los ‘dinoparques’

El fondo Atitlan, fundado por Roberto Centeno, yerno de Juan Roig, ha recibido recientemente la negativa del Ejecutivo al parque eólico As Fenteiras, en los concellos de A Cañiza y Covelo, y con una potencia de 62,79 megavatios. Pero no es el único proyecto que tiene en marcha en Galicia. A través de las filiales Fukiraptor, Galveosaurus y Dakoraptor puso sobre la mesa unos 170 millones de inversión para instalar 40 aerogeneradores en A Estrada, Campo Lameiro y Cercedo-Cotobade.

Las jurásicas promotoras pretenden levantar el parque Chamarrapio, de 53,79 megavatios; el Alamoceiros, de 64,5 megavatios; y el Xubrintas, de casi 62 megavatios.

Más de 250 millones de inversión de Driza

La vallisoletana Driza también quiere comenzar a operar en Galicia, donde el recurso es especialmente apto para el buen rendimiento de los aerogeneradores. Y su puesta escena es de obra grande. Plantea construir cinco parques que suman algo más de 290 megavatios, lo que conllevaría más de 250 millones de inversión. Se trata de los proyectos Agromaces (60,67 MW), Ventoburgo (59,85 MW), Sistesas (55,92 MW), Xestiloi (58,31 MW) y Agratina (56,24 MW). Los proyectos se reparten entre las provincias de Pontevedra, Lugo y Ourense.

Galenergy y el aval de Recursos de Galicia

Galenergy fue la primera empresa con la que Recursos de Galicia, la utility impulsada por la Xunta para el aprovechamiento de los recursos naturales de la comunidad, firmó una alianza para desarrollar proyectos eólicos. En su cartera hay 185 megavatios para desarrollar, pero la gran mayoría están paralizados por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia en la oleada de suspensiones cautelares decretadas por la Sala de lo Contencioso ante el riesgo ambiental que detectan los jueces en su construcción.

Es el caso del proyecto Seselle, situado en el Concello de Oza-Cesuras y con una potencia prevista de 35 megavatios; Feás, proyectado entre Coirós y Aranga, de 40 MW; y Maxal, en Rodeiro, Taboada y Antas de Ulla, de 45 MW.  El parque eólico Fontella, de 50 MW en Aranga y Oza-Cesuras, recibió una declaración de impacto ambiental desfavorable de la Consellería de Medio Ambiente. En conjunto, son 170 megavatios metidos en la nevera.

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