Las herederas de la moda: de la sucesión de libro de Adriana Domínguez a las incógnitas de Marta Ortega

Contrasta la transición acelerada que acomete en estos momentos Inditex con el proceso de relevo generacional de Adolfo Domínguez, que se inició en 2016 y finalizó en 2020

Adriana Domínguez y Marta Ortega. Fotos: EFE

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Con el virtual nombramiento de Marta Ortega como nueva presidenta de Inditex (el relevo de Pablo Isla no se producirá hasta el próximo 1 de abril de 2022), la gran moda gallega queda casi al completo en manos de mujeres. Al margen de Bimba y Lola, pilotada desde sus inicios por las hermanas Uxía y María Domínguez, hijas de Jesús Domínguez, el artífice de Textil Lonia, el relevo generacional en femenino también se ha producido en las marcas de los históricos modistos de la comunidad, de Roberto Verino a Adolfo Domínguez. No obstante, el proceso de sucesión de la hija de Amancio Ortega y Flora Pérez Marcote mantiene, aún a día de hoy, numerosas incógnitas. Aunque planeado desde hacía meses, los últimos compases del proceso se aceleraron de forma vertiginosa esta semana, tal y como contó Economía Digital Galicia.

La foto fija de la transición acelerada en Inditex contrasta con el, hasta ahora, último gran proceso sucesorio en la moda gallega, el que protagonizó en mayo del pasado año Adriana Domínguez, la actual presidenta ejecutiva de Adolfo Domínguez, la histórica textil ourensana que puso de moda la arruga y que fue impulsada por sus padres: el modisto que da nombre a la firma y Elena González.

Adolfo Domínguez, la sucesión tranquila

Según expone Inditex, Marta Ortega, de 38 años, lleva 15 trabajando en distintas áreas del imperio textil y, en particular, “reforzando la imagen de marca y propuesta de moda de Zara, área que seguirá supervisando”. No obstante, y si bien en los últimos meses, especialmente a raíz de la entrevista concedida a The Wall Street Journal, había ganado peso en su papel como una suerte de embajadora de Inditex, hasta el momento, no había ejercido ningún cargo de relevancia en la cúpula de la compañía. No ocurre lo mismo en el caso de Adriana.

Con 45 años de edad, en mayo de 2020, Domínguez González fue nombrada presidenta ejecutiva del grupo textil. No obstante, su sucesión, a diferencia de la de Ortega, se planteó como una carrera de fondo. Primero, en 2017 asumió el cargo de directora general para, un año después, ascender a consejera delegada. La ejecutiva desarrolló su carrera profesional en la compañía ourensana en dos etapas, según recuerdan desde la empresa: entre 2000 y 2016 trabajó en áreas de desarrollo, en la línea de perfumes y publicidad. Acabado ese periodo desembarcó en el consejo de administración del grupo e inició su carrera como primera ejecutiva.

El difícil reto de Adriana Domínguez

Licenciada en Ciencias Empresariales Internacionales por ICADE y CESEM, en Francia, y por el The Lee Strasberg Theatre Institute de Nueva York, el reto que asumió en Adolfo Domínguez no es menor. Este miércoles, la compañía presentó los resultados correspondientes a su primer semestre fiscal. En gran medida, lastrada por el proceso de reestructuración laboral que adoptó tras el Covid, la compañía ha aumentado sus números rojos un 3% hasta los 11 millones de euros, a pesar disparar sus ventas un 50%. Con todo, si se tiene en cuenta los datos anteriores a la pandemia, bajo su batuta, el grupo logró mejorar su situación financiera. Entre 2017 y 2020, la compañía aumentó sus ventas comparables más de un 22% además de incrementar en más de un 100% la facturación online. Un caballo de batalla en el que pretende centrarse, como demuestra el hecho de que acaba de crear una comisión de estrategia digital.

Si bien Adriana ocupa puestos de relevancia en Adolfo Domínguez desde 2016, su padre, que se retiró el año pasado, continúa como consejero dominical en el grupo. En su ascenso, la presidenta ejecutiva del grupo ha estado acompañada por Antonio Puente, su número dos y actual director general, un ex de Inditex con el que ha conformado un tándem crucial para la renovación de la compañía.

El pasado septiembre, Domínguez fue distinguida como la ejecutiva gallega con mejor reputación empresarial por el ranking Merco de su edición 2021. Una lista que, por primera vez, incluyó a una empresaria gallega en su clasificación..

Marta Ortega, un desembarco con tutela

Con los datos sobre la mesa, podría decirse que el relevo generacional en Adolfo Domínguez ha sido ‘de libro’. Un tanto diferente al que ahora aborda Inditex. Si bien el paso al frente de Marta Ortega se escenificó el pasado septiembre con sus primeras declaraciones públicas (nada menos que en The Wall Street Journal, la biblia del capitalismo), pocos eran los que apostaban por un desembarco tan rápido, que fuese acompañado, además, de la salida de Pablo Isla de la presidencia del grupo.

Pero para entender un relevo y otro, también hay que tener en cuenta las magnitudes y las situaciones de ambos grupos. Si bien Adriana Domínguez desembarcó como presidenta ejecutiva en un grupo en números rojos, Ortega Pérez accederá el próximo abril a la presidencia de un Inditex que ha hecho historia y que, previsiblemente, cerrará el ejercicio 2021-2022, de nuevo, con récord de beneficios, a pesar del duro varapalo que significó la pandemia.

Lo hace, indican en Inditex, después de pasar 15 años trabajando dentro del grupo, aunque sin ningún puesto de relevancia en la cúpula. Su primer trabajo dentro del imperio estuvo en una tienda de Zara Kids en Londres. Ya en su entrevista con el WSJ, la única concedida hasta el momento, aseguró que su deseo pasaba «por trabajar cerca del producto«, como lo hizo su padre, que comenzó vendiendo batas de guata y acabó siendo la primera fortuna de España. En los últimos tiempos, la futura presidenta de Inditex desarrolló sus tareas profesionales en Zara Woman, en el área de diseño y desarrollo de producto. En toda esta etapa, Ortega Pérez ha contado con la tutela de una de las ejecutivas de confianza de Amancio Ortega, Beatriz Padín, quien desembarcó en Zara en 1985 y ahora pasa a incorporarse al nuevo comité de dirección que arropará a la hija menor de Amancio Ortega.

Y es que, aunque acelerado en sus últimos compases, Marta Ortega desembarca en la presidencia de Inditex arropada por la vieja guardia de la casa. No solo Padín, también pesos pesados como Pablo del Bado, Óscar y Jorge Pérez Marcote (sus tíos), Begoña López-Cano Ibarreche, Miguel Díaz Miranda, Ignacio Fernández Fernández y Javier García Torralbo. A ellos se une el nuevo consejero delegado, Óscar García Maceiras, un abogado del Estado que también pasó por el Santander y la Sareb. Aunque con pocos meses a las espaldas dentro del grupo, cuenta con la confianza de José Arnau, el vicepresidente de Pontegadea, uno de los hombres clave en todo este proceso de cambios.

Así, al contrario que en el caso de Adriana Domíngez, con esta suerte de guardia pretoriana de hombres y mujeres que llevan ya décadas en el imperio de Arteixo, el rol que Marta Ortega asumirá desde la presidencia no ejecutiva del grupo todavía debe definirse. El reportaje de The Wall Street Journal definió a la benjamina de Amancio Ortega como el arma secreta de Zara. Quizás ese sea su papel, más representativo que ligado a las finanzas.

Lo cierto es que ya ha comenzado a ejercer. La ahora ejecutiva ha impulsado en A Coruña una retrospectiva sobre el famoso fotógrafo de moda Peter Lindbergh que ha sido destacada como uno de los eventos culturales de este invierno a nivel global. La exposición abrirá sus puertas de forma gratuita al público el próximo sábado. Este miércoles, sin embargo, fue la anfitriona de la presentación exclusiva a los altos cargos de la vida política gallega, como el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

Del couché al salmón

Ortega Mera comenzó estudiando en el colegio coruñés de Santa María del Mar hasta 4º de ESO, cuando marchó a un internado suizo. Posteriormente, se graduó en International Business por la European Business School de la Regents University de Londres. Fue entonces cuando comenzó a trabajar dentro del imperio levantado por su padre. Desde el año 2015, además, ocupa el puesto de vocal en la Fundación Amancio Ortega, la obra social de la primera fortuna de España. Una entidad social cuya cara más visible es la propia Flora Pérez Marcote, vicepresidenta y la persona que, en los últimos años, se encarga, junto con José Arnau, de las firmas de convenios y visitas públicas relacionadas con las donaciones del magnate.

A nivel mediático, hasta el momento, la hija de Amancio Ortega y Flora Pérez Marcote era una cara habitual (aunque muda) del papel couché, que analiza con lupa sus estilismos. En A Coruña no era conocida por su discreto papel en Inditex, sino por participar en los concursos hípicos que anualmente y hasta la pandemia (se retomarán este diciembre) se celebraban en Casas Novas, el centro hípico ubicado en Arteixo (A Coruña) que construyó su padre. La nueva ejecutiva estuvo casada, de hecho, con el jinete Sergio Álvarez Moya. Tras el divorcio, en 2018 contrajo segundas nupcias con Carlos Torretta, hijo del modisto Roberto Torretta. Su marido también trabaja en Inditex, en el departamento de comunicación de Zara.com. Habrá que ver la evolución de ambos en esta nueva etapa de relevo. Una sucesión que, como todo lo que ocurre en Inditex, tiene sus propias particularidades.

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