Abanca y Santander refuerzan su poder en Galicia con el fracaso de la opa de BBVA al Sabadell

El banco de Juan Carlos Escotet, que tiene más oficinas que Santander, Caixabank y BBVA juntos, descartó una fusión con el Sabadell durante la opa, pero el nuevo escenario podría ponerlo otra vez en el punto de mira de Oliu

Juan Carlos Escotet y Ana Botín, presidentes de Abanca y Santander

Juan Carlos Escotet y Ana Botín, presidentes de Abanca y Santander

El naufragio de la opa de BBVA al Sabadell echa por tierra el nacimiento de la segunda mayor entidad bancaria en Galicia, la que conformarían ambos grupos de producirse la integración al sumar 180 oficinas en la comunidad, al menos, antes del ajuste de red por duplicidades. La integración tendría un efecto similar en el crédito a pymes, algo que preocupaba especialmente entre las organizaciones empresariales gallegas, incluida la patronal, que temían el recorte en las opciones de financiación en un mercado bancario más concentrado.

Abanca y el Santander, el banco que absorbió el Popular y el Pastor, continuarán siendo los principales actores del sector en Galicia. En el caso de la heredera de las antiguas cajas gallegas, su hegemonía no estaba en duda, pues cuenta con 435 oficinas en territorio gallego, casi tantas como las que suman Santander, Caixabank, BBVA y Sabadell juntos. La entidad que preside Ana Botín, sin embargo, sí que podría quedarse por debajo de la no consumada fusión. Cuenta con 142 sucursales en Galicia, según los últimos datos del Banco de España.

El ‘no’ de Abanca al Sabadell

Las turbulencias de la opa hostil agitaron todo el sector. Y Galicia no fue una excepción. El presidente de la Confederación de Empresarios, Juan Manuel Vieites, criticó la forma y el fondo de la operación cuando estaba en curso. Una vez fracasada la segunda tentativa de Carlos Torres por engullir el Sabadell, consideró que es «una satisfacción» y una «buena noticia», pues el mundo empresarial necesita «todo lo contrario» a una concentración bancaria. La CIG, el principal sindicato en la comunidad, estimó que la integración de BBVA y Sabadell recortaría  unos 375 empleos en la comunidad, mostrando, como el resto de centrales, su rechazo a la fusión.

Abanca también se vio obligada a salir a la palestra para rechazar una posible fusión con el Sabadell, una maniobra defensiva que permitiría al banco catalán dibujar una alternativa a la opa de BBVA. Esta operación sí que contaría con el apoyo del Gobierno, así como del BCE, pero Juan Carlos Escotet la descartó el pasado mayo, y reiteró su negativa en la presentación de resultados de julio. “No hemos tenido conversaciones formales de ningún tipo con el Sabadell ni nos interesa”, zanjó, alegando que Abanca solo estaba interesada en adquisiciones en las que mantenga el control, como ha sucedido hasta ahora con Eurobic o Bankoa.

Tras el fin de la opa, y con el Sabadell reivindicando su camino en solitario, en el sector dan por hecho que el banco que dirige César González-Bueno, ex de Novagalicia, seguirá inmerso en rumores de fusión, por lo que es probable que vuelva a encontrarse en su periplo con Abanca o Unicaja, en un mercado cambiante y sin cargar con una opa a la espalda.

El mapa bancario gallego

Tomando como referencia los datos del Banco de España de cierre del primer semestre, BBVA cuenta con 116 oficinas en Galicia y el Sabadell con 64, las mismas que a inicios de 2024. Entre los grandes bancos, son los únicos que no recortaron su red en la comunidad en ese periodo. Unidos sumarían 180 frente a las 142 del Santander y las 137 de Caixabank. Según la misma fuente, ambas habrían suprimido una sucursal desde inicios de 2024.

A nivel de implantación territorial, el mapa bancario gallego tiene a Abanca como gran dominadora. De hecho, hay un centenar de municipios en los que es la única entidad financiera que opera. Cuenta con 435 oficinas, mientras que los otros cuatro bancos suman 459. Entre las cinco entidades acaparan el 89,85% de la red en Galicia, según el Banco de España.

El tropezón de Carlos Torres

Carlos Torres Vila, sucesor del chantadino Francisco González en BBVA e hijo de pontevedreses, se lanzó a por el Sabadell tras dos intentos fallidos por integrar la entidad que preside Josep Oliu, uno en 2020 que se saldó sin acuerdo y otro este mismo año que corrió la misma suerte por el rechazo del consejo del banco catalán. Ni por lo amistoso ni por lo hostil consiguió su objetivo el ingeniero, hijo de pontevedreses y gallego de corazón, según manifestó, aunque nacido en Salamanca. La operación para construir el nuevo gigante de la banca española recibió el rechazo del Gobierno, de la opada Sabadell y, finalmente, de los accionistas.

Incumplido el objetivo, Torres Vila dio luz verde a una lluvia de dividendos para compensar a los accionistas de BBVA y liberar en forma de retribución el capital reservado para absorber al Sabadell. «Como parte del Plan Estratégico, BBVA retoma de manera inmediata su plan de retribución al accionista: el 31 de octubre iniciará la recompra de acciones pendiente de cerca de 1.000 millones de euros; el 7 de noviembre pagará el mayor dividendo a cuenta de su historia (0,32 euros por acción), por un total de aproximadamente 1.800 millones de euros; y, en cuanto reciba la aprobación del Banco Central Europeo (BCE), pondrá en marcha una significativa recompra de acciones adicional», dijo el banco. BBVA prevé repartir, en conjunto, unos 36.000 millones entre sus accionistas hasta 2028.

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