La movilidad laboral y la inmigración

La movilidad incide de manera muy directa en la forma en que las empresas diseñan sus productos y servicios; al tiempo que también reconfigura el ecosistema empresarial. Y la mayor disponibilidad de mano impulsa la transferencia de conocimientos y obliga a repensar la gestión del capital humano

Trabajadores en la planta logística de una empresa

Quedan claro dos verdades: la primera, el mundo que nos rodea no se detiene; y, la segunda, el mundo económico ha empezado a fragmentarse. Respecto a la primera afirmación, no cabe duda que los actuales discursos subrayan la necesidad de replantear las políticas monetarias y fiscales con una mayor contundencia; centrando el énfasis en el gasto que apoya el crecimiento potencial y concentrando las prioridades estratégicas claves. Esto es, enderezar el rumbo mediante un ajuste fiscal y focalizar acciones sobre el escudo social y la innovación como palancas del desarrollo. Respecto a la segunda, fracturar no es lo mismo que desglobalizar. Se presupone que se afianzará el comercio con los aliados y se reducirá con los rivales; por lo que el mundo se dividirá en un bloque centrado en Estados Unidos y otro sobre China, con varios países no alineados en el medio, intentando hacerlo lo mejor que puedan. El presidente Trump en su reciente texto sobre la Nueva Estrategia de Seguridad Nacional lo acaba de ratificar cuando pone el acento en la inmigración. Este panorama obliga a llegar a acuerdos en lo tocante sobre la reubicación de las personas; los procesos de adaptación de los migrantes y los contingentes de solidaridad.

En España, después de una fase en la que prevalecieron los desplazamientos económicos hacia las comunidades autónomas de Madrid y Cataluña comienzan a registrarse nuevas movilidades. Los datos del año 2024 subrayan tres tendencias. Una, que las zonas valencianas y baleáricas fueron las áreas que mayor atractivo presentaron para los trabajadores que se mudan por motivos de trabajo. La segunda, que Cataluña mantiene su atractivo, pero no lo incrementa, situándose en tercera posición en cuanto a seducción laboral. Y la tercera, que las áreas andaluzas y castellanas (tanto la leonesa como lo manchega) muestran los peores índices de atractividad laboral.

Hay dos factores clave en las estrategias para ampliar el radio de acción y captación de personas: talento y estabilidad de las empresas

Galicia mantiene un saldo negativo en lo que atañe a la movilidad laboral geográfica; es decir, marchan más personas hacia otras zonas a trabajar que las vienen (56.716 por 38.129, en 2024). Escasa diferencia, pero al ser negativo se entra a formar parte de las autonomías que sufren migración interior. Las causas de dicha nueva movilidad se deben fundamentalmente a las condiciones salariales, de trabajo, de estabilidad y de proyecto de vida.

Profundizando en el análisis, el año 2024, fue el ejercicio de mayor número de desplazamientos de trabajadores de los últimos años. Se podría argumentar que hay dos factores clave en las estrategias empresariales a la hora de ampliar el radio de acción y captación de personas: el talento y la estabilidad de las empresas. Ambos forman parte de la clave de bóveda del tirón de las comunidades autónomas.

Pero, ante la pregunta si existe una relación entre atractividad laboral y crecimiento económico, la respuesta es positiva. Entre los factores a tener en consideración se encuentran el escenario en que se desea desarrollar la vida y el ecosistema libre de rasgos hostiles. En este sentido, las actuaciones a favor de la consolidación del tejido empresarial y las reglas en el marco de las relaciones laborales exigen tratamientos específicos adecuados de cara a satisfacer las nuevas demandas de los agentes económicos y sociales. Cada desplazamiento humano genera nuevas demandas de bienes y servicios; arrastrando nuevos hábitos de consumo, expandiendo los nichos de mercado e impulsando la diversificación de la oferta. En consecuencia, la movilidad incide de manera muy directa en la forma en que las empresas diseñan sus productos y servicios; al tiempo que también reconfigura el ecosistema empresarial. Y la mayor disponibilidad de mano impulsa la transferencia de conocimientos y obligan a repensar la gestión del capital humano.

Esta secuencia hace que las urbes se transformen aceleradamente, aumentando la presión sobre la vivienda, transporte y servicios públicos; y surgiendo, de inmediato, nuevas oportunidades en lo que concierne a la innovación urbana. En suma, la movilidad acentúa las dinámicas de cambio, concertación y coordinación.

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