Pharma Mar vuelve a los orígenes: así es su apuesta por la oncología

Pharma Mar fía su futuro inmediato a su antitumoral estrella, la lubinectedina, a las espera de los resultados de su ensayo contra el Covid y con una caída en su negocio de diagnóstico del 56% por la competencia en test PCR

José María Fernández Sousa, presidente de Pharmamar

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Cara y cruz para Pharma Mar. La biofarmacética de José María Fernández de Sousa cerró el primer semestre del año con una significativa caída de beneficios e ingresos con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. La antigua Zeltia batió récords en plena pandemia, pero no lo hizo por su mediático medicamento contra el Covid –el Aplidin, que aún mantiene en fase de ensayo clínico— sino por los compuestos antitumorales a los que se ha dedicado históricamente. Su acuerdo con Jazz Pharma hizo que durante el primer semestre de 2020 recibiese un pago inicial por la explotación de su fármaco contra el cáncer de pulmón (Zepzelca) de 115 millones de euros. Sin esa inyección, este 2021, la cotizada ha visto cómo sus beneficios retroceden un 60%, hasta los 43 millones, y sus ingresos más de un 40%. Pero, no obstante, la información remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tiene una lectura positiva, que fía el futuro más inmediato de la antigua Zeltia a sus orígenes, la investigación contra el cáncer.

La buena marcha del Zepzelca ha provocado que sus ingresos recurrentes, conformados por las ventas netas y los royalties –que percibe por las ventas de medicamentos de sus socios–, se incrementasen un 53% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, pasando de 54 a 82,4 millones de euros a datos del 30 de junio.

El negocio de oncología crece un 33%

Explica la cotizada que el incremento de ingresos recurrentes se debe, en gran medida, “al buen comportamiento del negocio de oncología”. Destaca el crecimiento de ingresos procedentes de Zepzelca en Europa, bajo un programa de autorización temporal de uso: 15,8 millones de euros, un 169% más que en el mismo periodo de 2020. Las ventas de otro de sus fármacos históricos, Yondelis, en el continente europeo se mantuvieron constantes, en 36,7 millones de euros (36,9 en 2020).

Los ingresos por royalties alcanzaron los 17,4 millones de euros, frente a los 1,4 millones del primer semestre de 2020. De nuevo, el origen del incremento está en la irlandesa Jazz Pharma. La firma de origen gallego contabilizó 16 millones de euros por las ventas del medicamento en Estados Unidos.

La cifra de negocio de Pharma Mar cayó un 42% con respecto al año pasado, desde los 169,1 a los 98,6 millones de euros. El fuerte retroceso se debe al millonario acuerdo de licencia con Jazz percibido el año pasado . Pero, dejando al margen este factor, hay que destacar que en el primer semestre de 2021, las ventas del segmento de oncología del grupo se elevaron un 33% hasta los 62,5 millones de euros.

El Aplidin, aún reclutando pacientes

Con estos datos sobre la mesa, queda patente que el negocio clave de Pharma Mar (así como el que le asegura ingresos sostenidos en el futuro) está en la oncología. Y lo está aunque, mediáticamente, sus investigaciones contra el coronavirus cobrasen especial relevancia a lo largo de todo el año pasado, cuando dio el salto del mercado continuo al IBEX35.

En su informe financiero remitido a la CNMV recuerda que, en estos momentos, la compañía lleva a cabo un ensayo clínico en fase 3 (la última) “que determinará la eficacia de la plitidepsina (la molécula del Aplidin) para el tratamiento de pacientes hospitalizados con Covid-19 moderado”. Explica la compañía que “el estudio ya ha comenzado a reclutar pacientes”.

Es decir, de momento, el Aplidin no ha reportado ningún beneficio económico a Pharma Mar en su faceta como antiviral. Por contra, registra 5,5 millones de euros en costes relacionados con el tratamiento contra el coronavirus.

La caída de los test de diagnóstico Covid

Relacionado con la lucha contra el coronavirus, Pharma Mar fue una de las primeras compañías en poner en el mercado un kit de diagnóstico a través de su filial Genómica, cuyos ingresos se dispararon el pasado ejercio. No ha ocurrido lo mismo en estos últimos seis meses. Indican los administradores de la compañía que su filial cerró el primer semestre del año con una cifra neta de negocio de 2,5 millones frente a los 5,8 millones del mismo periodo de 2020.

Una disminución de un 57% derivada de «una menor facturación de test Covid tanto de PCR como de antígenos y de anticuerpos, debido principalmente al incremento de la competencia, además de una disminución muy notable de los precios”. La foto fija es meridiana: los ingresos correspondientes a pruebas para detectar el coronavirus descendieron un 87%. De 3,9 millones a cerca de 500.000 euros.

Hoja de ruta

La hoja de ruta de Pharma Mar con respecto a sus medicamentos oncológicos es amplia. Además del recorrido que se le supone al Zepzelca, el grupo iniciará a finales de este año en Estados Unidos un ensayo confirmatorio en cáncer de pulmón microcítico recurrente. Al margen, el medicamento “sigue su curso regulatorio en diferentes países”, algo que también podría generar más ingresos para la compañía.

La firma desarrolla un estudio en fase 1 en China a través de su socio local Luye.

Por otro lado, a lo largo de este ejercicio, el grupo también pretende iniciar estudios clínicos en fase 1 y 2 con el PM14, medicamento para el tratamiento de tumores sólidos avanzados.

Con respecto al Yondelis, para sarcoma de tejidos blandos, expone que en el primer semestre del año “se encuentran en marcha 21 estudios post-autorización, 15 de ellos activos de los que 8 continúan en fase de inclusión de nuevos pacientes”. “El resto de estudios se encuentran en fase de cierre y análisis de datos, o pendientes de presentación de resultados. Está previsto el inicio de 4 estudios más en los próximos meses”, apunta.

Los riesgos de una biofarmacéutica

En su información al regulador bursátil, Pharma Mar también hace un repaso a los riesgos a los que se enfrenta. Explican los de Fernández de Sousa que el principal para una biofarmacéutica es que “los procesos de investigación y desarrollo no finalicen con éxito” o que, a pesar de ello “no reciban la autorización de las autoridades regulatorias”. Pero hay más. Entre ellos, el propio precio de los medicamentos.

“La presión sobre los precios y descuentos de los medicamentos en Europa derivados de las medidas de ajuste que se están produciendo en los países donde se comercializa nuestro producto”, apuntan los administradores de la compañía, que también inciden en el contratiempo que supondría la entrada de genéricos por vencimiento de patentes y “la pérdida de exclusividad de mercado que otorgan las agencias reguladoras”.

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