Lecciones de Brian Wilson para marcas y empresas
Brian Wilson, líder de The Beach Boys, no solo revolucionó la música. Su vida personal y profesional dejó lecciones vigentes sobre cómo construir marcas, liderar en la adversidad y gestionar crisis reputacionales

Brian Wilson, músico, vocalista, productor y fundador de la banda The Beach Boys. Foto: Wikipedia
La muerte de Brian Wilson a los 82 años marca el final de una de las biografías más fascinantes de la historia de la música pop. Cuando él y su mítico grupo The Beach Boys publicaron en 1966 Pet Sounds, en España apenas se iniciaba una leve apertura social, que permitió a algunos jóvenes conectar con esa imagen surfista y de coches americanos tan ligada al grupo.
Leyendo varios de los obituarios publicados estos días sobre Wilson —en especial la amplia y bien documentada semblanza de Ben Sisario en The New York Times—, descubrí que su vida personal y profesional es una auténtica lección de liderazgo, superación ante las adversidades y construcción de relatos de marca. Sisario lo destaca al mencionar al publicista que desarrolló inicialmente el branding de The Beach Boys, subrayando que la trayectoria del cantante demuestra que, tanto en la música como en los negocios, la clave está en saber construir y sostener narrativas auténticas, capaces de conectar emocionalmente en tiempos de bonanza y también de dificultad.
En los años 60, cuando The Beach Boys se consolidó como un fenómeno musical, el grupo ya no solo vendía discos: vendía un estilo de vida. La imagen de la California luminosa, el surf, los coches y la eterna juventud fue una construcción narrativa tan cuidada como la de cualquier marca contemporánea. Y detrás de esa estrategia estaba Brian Wilson, que emergía como el “genio creador”, una etiqueta cuidadosamente impulsada por su entorno —particularmente por su publicista Derek Taylor— para diferenciar a la banda en un mercado en expansión, donde convivían los grandes sellos como RCA y Columbia con independientes tan creativos como Motown, y donde nuevos actores como la radio y la televisión catapultaban a fenómenos como The Beatles o los Rolling Stones.
«Tanto en la música como en los negocios, la clave está en saber construir y sostener narrativas auténticas, capaces de conectar emocionalmente en tiempos de bonanza y también de dificultad«
El autor de Wouldn’t It Be Nice, como los grandes líderes, también atravesó su propio calvario personal. En 1964 sufrió un colapso nervioso y se retiró de los escenarios. Su respuesta fue redefinir su rol: abandonó el directo y convirtió el estudio de grabación en su nuevo espacio creativo. Allí gestó Pet Sounds, un ejemplo de innovación disruptiva aplicada a un canal tradicional. Años después, también batalló contra la depresión, las adicciones y un controvertido proceso terapéutico bajo la tutela del psicólogo Eugene Landy.
Su vida ha representado, probablemente, el primer caso de storydoing en la industria musical: talento precoz, éxito, caída, lucha interna, redención y legado. Las grandes marcas, al igual que las figuras públicas que perduran, construyen su identidad a través de estos arcos emocionales que les permiten conectar con sus públicos y generar fidelidad a largo plazo.
La historia de Brian Wilson es una lección perdurable: cómo construir y sostener una narrativa auténtica, capaz de emocionar, inspirar y mantenerse relevante incluso en medio de las vicisitudes.