La RTVE de Rosa María Mateo agoniza con otra baja en su cúpula

La secretaria general de RTVE, Elena Sánchez, estaría dispuesta a dimitir en septiembre, tras denunciar el trato de la presidenta, que la fichó

La administradora única de RTVE, Rosa María Mateo, durante una comparecencia ante la comisión de control parlamentario a la corporación, el 10 de marzo de 2020 en el Senado | EFE/JCH/Archivo

La administradora única de RTVE, Rosa María Mateo, durante una comparecencia ante la comisión de control parlamentario a la corporación, el 10 de marzo de 2020 en el Senado | EFE/JCH/Archivo

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La cúpula de RTVE ha pasado en dos años de la complicidad a la enemistad. «La tensión en la alta dirección es mucha», coinciden trabajadores de la casa, que dan por hecho que la secretaria general corporativa, Elena Sánchez, consumará por fin su dimisión —después de varios ultimátums— el próximo septiembre, tras denunciar en repetidas ocasiones los «malos tratos» de la administradora provisional única de la corporación, la también periodista Rosa María Mateo.

La renuncia de Sánchez es un clamor en el ente público desde hace más de un año, según explican a Economía Digital fuentes parlamentarias y de la propia televisión pública. Otros factores que señalan como motivaciones de la dimisión son los errores en la gestión de toda la directiva en los últimos dos años y la presunta aspiración de la periodista a presidir la corporación una vez que se retome el concurso público para elegir un nuevo consejo de administración.

Fuentes de la casa aseguran que no es la primera vez que Sánchez da el paso hacia la dimisión, pero que tanto Mateo como cargos del Gobierno le han pedido que por favor no se marche. Tras la última carta de renuncia, han negociado hacer efectiva su salida en septiembre, después del parón de verano. Las fuentes recuerdan que la pareja sentimental de Sánchez, Pedro Pablo Mansilla, ostentó varios cargos en gobiernos de Felipe González y es cercano al PSOE.

Otro asunto que se comenta en la empresa pública es la presunta amistad entre Sánchez y la vicepresidenta del Ejecutivo, Carmen Calvo, quien habría intercedido para cuando menos dilatar la dimisión de la secretaria general. Tanto Sánchez como Mansilla tienen años de historia en RTVE; ella vinculada a la televisión desde 1984 y él como encargado de un fracasado proyecto de suelo del ente durante la presidencia de Luis Fernández (2006-2009).

Pese a los vínculos entre unos y otros, y a que fue la propia Mateo quien nombró secretaria general a Sánchez en 2018, de un tiempo a esta parte la animadversión en la cúpula ha ido in crescendo. Que la presidenta provisional de la corporación trata mal a los directivos es un clamor en los pasillos, y que la hasta ahora secretaria general tiene ambición de presidir la compañía no lo pone en duda nadie, pues ella misma se presentó como candidata al concurso.

Los restos de la cúpula original

Trabajadores consultados por este diario recuerdan a la cúpula como un íntimo «grupo de amigos» en 2018, que se ha ido distanciando cada vez más. Además de Mateo y Sánchez, la dirección la conforman el director general, Federico Montero Hita; encargada de comunicación, Maria Escario; el jefe de información, Enric Hernández; los directores de TVE, David Valcarce, y de RNE, Ignacio Elguero; y el responsable de contenidos de TVE, Fernando López Puig.

Pero la mitad de esa cúpula ha sido nombrada en el último año, en alguna de las series de ceses y nombramientos comunes en el ente público durante la administración de Mateo. Hernández, por ejemplo, fue colocado por el Gobierno de Pedro Sánchez en septiembre de 2019, poco antes de las elecciones del 10-N, situándose por encima de la entonces directora de informativos, Begoña Alegría, quien acabó dimitiendo enfadada por estos controvertidos cambios.

Valcarce, por su parte, fue el relevo del hasta entonces director de TVE, Eladio Jareño, cesado por Mateo al mismo tiempo que se realizó el nombramiento de Hernández. Asimismo, el actual jefe de RNE, el citado Elguero, es el sustituto de Paloma Zuriaga, a quien Hernández separó del cargo el pasado mes de junio, en una de las más recientes oleadas de ceses, nombramientos y dimisiones que provocaron terremotos en Torrespaña, Prado del Rey y los centros territoriales.

Con la dimisión de Sánchez, que en principio se hará efectiva el próximo mes, la mitad de la cúpula con la que inició la administración de Mateo ha sido ya reemplazada, aunque de momento se desconoce quién ocupará la secretaría general. Y este historial de revoluciones internas alimenta la percepción de que la administradora única hace gala de una soberbia que no se limita a sus comparecencias parlamentarias, sino que se extiende a su día a día en la alta dirección.

Ya en enero de 2019, el sindicato UGT-RTVE denunció que Mateo «resta importancia a los problemas o se los despacha con altas dosis de soberbia». En un encendido comunicado en el que lamentaba la «pésima» gestión de la actual dirección, la UGT calificó de «alarmantes» las «actitudes y modos» de la periodista, que «raya con lo humillante en demasiadas ocasiones, llegando a proferir términos ofensivos como ‘vagos’ o ‘incapaces'» a los trabajadores y directores de TVE.

Rencor y avidez

A la animosidad que separa a los miembros de la cúpula de RTVE se suma también la urgencia por resolver el concurso público para elegir un nuevo consejo de administración que acabe con la extendida provisionalidad de Rosa María Mateo. Y es que el cargo que ocupa la administradora única (una suerte de presidencia interina, pero presidencia al fin) lo quiere para sí misma Elena Sánchez, una de las candidatas que presentó un proyecto para dirigir el consejo.

Fuentes sindicales aseguran que el fracturado grupo de amigos de Mateo «tiene un problema» desde que en enero pasado falleció la periodista Alicia Gómez Montano, la mejor valorada entre los más de 100 candidatos a presidir el ente. La cúpula maniobró durante los últimos años para asegurarse de que fuese ella la elegida, al ser también una de las nominadas preferidas por el Gobierno, pero la triste noticia de inicios de enero, además de doler, les puso en apuros.

Sánchez, en cambio, no figura en la lista de los 20 finalistas elegidos por un comité de expertos, de la que en principio debería salir el nuevo consejo de administración cuando se desbloquee la votación en el Congreso, algo que algunas fuentes creen que puede suceder este próximo otoño. De hecho, Sánchez quedó más cerca del puesto número 50 de la lista de finalistas que del top 20, lo que supuestamente habría afeado a la comisión parlamentaria.

La exclusión de Sánchez del listado de finalistas no es un punto y final a sus aspiraciones de dirigir RTVE, pues su candidatura es una a la que han mostrado preferencia PSOE y Podemos. Además, un informe de los letrados del Senado con fecha de mayo de 2020 abre la puerta a que la elección del consejo de administración no se vote con base en los veinte candidatos mejor calificados, sino en toda la lista de más de cien aspirantes.

La comisión mixta de control parlamentario a RTVE está pendiente de tomar una decisión respecto del informe de los letrados, y también debe resolver el problema de paridad que suscitó la lista de finalistas, que incluyó solo a cuatro mujeres de un total de veinte candidatos, en cuenta la fallecida Gómez Montano. Fuentes parlamentarias han asegurado que «nadie va a admitir que no se amplíe el número de mujeres», e indican que esto podría favorecer a Sánchez.

Pero, pese a que el concurso para elegir la cúpula se presentó como una solución al control político de RTVE, lo cierto es que los perfiles políticos de la lista de candidatos son los más. Asimismo, la guerra sindical a lo interno de la empresa pública no cesa, y fuentes del ámbito defienden que se incluya entre las candidaturas finalistas a las siguientes dos mujeres mejor valoradas, lo que implicaría que Sánchez no podría optar al cargo.

La secretaria general saliente está «totalmente descartada» para presidir la corporación, afirman desde un sindicato. «Está fuera», según la lógica del tribunal evaluador, añaden, además de afear el último informe de los letrados del Senado que supone que «simplemente con presentarse ya tienes opción de dirigir» y que, aseguran, se contradice con otro informe de hace dos años en el que se daba toda la prioridad a la veintena de finalistas.

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