Ferroglobe paga once veces más impuestos en Sudáfrica que en Galicia por explotar sus minas
La matriz de Ferroatlántica elevó el año pasado un 5% la producción en sus cuatro minas gallegas, por las que abonó algo más de 40.000 euros en impuestos tanto al Concello de O Vicedo como a la Deputación da Coruña

Ferroglobe conmemora los 50 años de su fábrica de Sabón, en Arteixo, con la presencia del presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y el delegado del Gobierno, José Miñones
Ferroglobe cumple su décimo aniversario. La firma nació en el año 2015 como resultado de la fusión entre la española Ferroatlántica y Globe. Desde entonces, la compañía participada por el Grupo Villar Mir se ha consolidado como uno de los principales productores mundiales de silicio metálico y como líder en ferroaleaciones.
Pero además de estas actividades industriales, la multinacional que preside Javier López Madrid desarrolla una intensa labor en materia de extracción de recursos. «Durante el ejercicio finalizado el 31 de diciembre de 2024, el 59,1% del consumo total de cuarzo de Ferroglobe fue autoabastecido», destacaba la firma en su memoria anual.
«Operamos minas de cuarzo ubicadas en España, Sudáfrica, Canadá y Estados Unidos y producimos carbón vegetal en Sudáfrica», añade esta empresa que roza los 690 millones de euros de capitalización bursátil. Galicia juega un papel clave en esta red de yacimientos con las que Ferroglobe sostiene buena parte de su actividad.
La huella minera de Ferroglobe en Galicia
Son cuatro las minas que opera en la comunidad. Se trata de las de Serrabal (ubicada entre Vedra y Boqueixón), Sonia (Mañón), Esmeralda (Val do Dubra) y Coto Minero Conchitina (O Vicedo). Entre todas ellas aportan casi un tercio de todo el cuarzo que Ferroglobe extrae cada año para nutrir a su red de fábricas de ferrosilicio y silicio metálico en todo el mundo.
Ferroglobe elevó su producción de 201.000 a 225.000 toneladas métricas en Serrabal, mientras que en Coto Minero Conchitina (O Vicedo) hizo lo propio al pasar de 14.000 a 15.000. Tendencia opuesta siguieron las de Sonia (bajó de 119.000 a 116.000 toneladas) y de Esmeralda (de 10.000 a 6.000).
De esta forma, su producción total se elevó de 344.000 a 362.000 toneladas en Galicia (un 5,3% más) a lo largo del año, aportando así el 28,9% del total del grupo. Estas actividades de Ferroglobe dejan su huella tanto a través de los empleos generados en las propias explotaciones mineras como en las arcas públicas. Y es que la multinacional con sede en Madrid ha remitido a la SEC (el regulador bursátil de Estados Unidos) un documento en el que detalla cuál ha sido su factura fiscal en Galicia.
Esta asciende a 47.822 dólares (unos 40.863 euros al cambio actual). La cifra cae así respecto a los 50.548 dólares (43.192 euros) que había abonado el año anterior. La mayor parte de los 47.822 euros correspondientes a 2024 fueron a parar al Concello de O Vicedo (24.638 euros) mientras que los 16.225 euros restantes se canalizaron a través de la Deputación da Coruña.
De Sudáfrica a Canadá
Las cantidades abonadas en Galicia son 11 veces inferiores a los alrededor de 430.000 euros abonados al Gobierno de Sudáfrica. La compañía que preside Javier López Madrid opera un total de cuatro yacimientos en este país (Mahale, Roodepoort, Fort Klipdam y Thaba Chueu Mining), que albergan reservas de cuarzo y cuarcita. Entre todos ellos aportaron un total de 740.000 toneladas a lo largo de 2024, una cantidad que duplica a la suma de sus cuatro complejos mineros en suelo gallego.
La de Thaba Chueu Mining (dedicada a la extracción de cuarcita) aportó 636.000 toneladas por sí sola, generando más de la mitad de los 1,25 millones de toneladas del conjunto de este grupo que también opera minas de cuarcita en Alabama y Carolina del Sur (Estados Unidos), obteniendo un total de 150.000 toneladas. Ferroglobe también cuenta con otras nueve minas de carbón en el país que preside Donald Trump, de las cuales solo tres permanecen activas.
Además de España y Sudáfrica, Ferroglobe también abonó 2.732 euros a las autoridades de Québec (Canadá) por la titularidad de su mina de Saint-Urbain, que no es operada por la compañía, sino por una tercera parte.
En clave gallega, la firma afronta en el año 2029 la expiración de la concesión de su mina de Esmeralda (operada por su filial Cuarzos Industriales). Más tarde lo harán la de Serrabal (2038) y Conchitina (2039) mientras que en el caso del yacimiento de Sonia esta fecha de caducidad tendrá lugar en 2069.