Europa distribuye lo que ya no fabrica
Mientras Europa se disuelve entre regulaciones, etiquetas climáticas y discursos de cartón piedra, China está haciendo el trabajo sucio: fabricar bien, vender barato y crecer rápido

BYD HAN. BYD
¡Ey Tecnófilos!, ¿qué está pasando por ahí? Los concesionarios – auténticos supervivientes del ecosistema industrial – están cambiando de bando. No por ideología, sino por necesidad. Las marcas chinas no solo han llegado al mercado europeo, han llegado para quedarse. Y lo están haciendo no desde arriba, con lobby y regulaciones, sino desde abajo: desde el mostrador, desde el taller, desde la rentabilidad real.
¿La realidad? Más de 500 concesionarios han cerrado en la última década en España. Uno de cada tres puntos de venta está en pérdidas en 2024.
Y mientras las marcas europeas desertan, reducen márgenes y ahogan a su red, los chinos ofrecen lo que siempre ha hecho falta: producto competitivo, márgenes dignos y facilidades operativas. No hay magia. Hay estrategia.
Mientras Europa se disuelve entre regulaciones, etiquetas climáticas y discursos de cartón piedra, China está haciendo el trabajo sucio: fabricar bien, vender barato y crecer rápido. Las nuevas marcas asiáticas llegan con coches eléctricos que sí se pueden pagar, con baterías propias, con diseño más que aceptable y, sobre todo, con una red comercial motivada. Sí, motivada.
Porque cuando llevas años tragando con imposiciones absurdas, objetivos inalcanzables y cambios de estrategia cada seis meses, que alguien venga y te diga: “aquí tienes un coche, véndelo, gana dinero, haz negocio”, suena casi a milagro. ¿Y qué hacen los concesionarios? Pues eso: venden coches chinos. Y cada vez más. La cuota de mercado de estas marcas en España ya roza el 9%. Y aún no han mostrado todos sus ases.
Europa, como siempre, ha pecado de soberbia. Creyó que la transición ecológica sería una autopista hacia el futuro, pero olvidó asfaltar el camino. Prometió coches eléctricos sin baterías, fábricas sin chips, planes sin producto. Y ahora, los únicos que tienen lo que el mercado quiere son los asiáticos.
Pero esto no va solo de coches. Va de industria, de tejido empresarial, de soberanía económica. Si tu red de distribución se va con otros, es que tu proyecto ya no es suyo. Es que has perdido más que mercado. Has perdido la confianza.
Europa no lidera. Europa distribuye. Y lo hace con una sonrisa forzada mientras vende coches diseñados en China, fabricados en China, con baterías chinas y software chino… en una Europa que regula, subvenciona y observa cómo su industria se desangra en silencio. El problema no es que se vendan coches chinos. El problema es que ya no se fabrican los europeos.
¡Se me tecnologizan!