Curvas para Alcoa con la alúmina: anuncia el cierre de una planta en Australia
La multinacional estadounidense clausurará su refinería de Kwinana, en la que empleaba a unos 220 empleados, y asume un golpe de casi 760 millones en sus cuentas

Bill Oplinger, CEO de Alcoa, junto a Geoffrey Pyatt, de la secretaría de Estado de Energía de EEUU / Linkedin
Alcoa echa el cierre definitivo a su refinería de Kwinana. A través de un comunicado, la multinacional con sede en Pittsburgh ha anunciado que esta planta de alúmina, que permanecía sin actividad desde junio de 2024, será clausurada tras haber llevado a cabo «numerosos estudios y análisis» para determinar su viabilidad.
«Alcoa ha tenido en cuenta la edad de la instalación, la escala y los costos operativos, las condiciones del mercado, así como los desafíos relacionados con el grado de bauxita», según ha destacado a través de una nota de prensa. “Alcoa operó la refinería de Kwinana durante varios años en un entorno complejo y tomó la difícil decisión de cerrar permanentemente las instalaciones después de explorar sin éxito múltiples opciones para una vía sostenible de reinicio”, reivindica Matt Reed, jefe de operaciones de Alcoa.
“Agradecemos la dedicación y el apoyo de nuestros empleados, contratistas y proveedores de Kwinana, quienes han hecho una importante contribución al desarrollo económico y la prosperidad de Australia Occidental durante más de seis décadas”, destaca el ejecutivo de Alcoa.
Los números de Alcoa
En este sentido, la compañía que capitanea Bill Oplinger avanza que a lo largo de este tercer trimestre afrontará unos gastos de reestructuración por valor de 890 millones de dólares (unos 757 millones de euros al cambio actual). En esta cantidad se incluyen parte de los 600 millones de dólares que la firma tendrá que desembolsar en los seis próximos años para hacer frente a las «obligaciones de retiro de activos existentes y los pasivos relacionados con los empleados».
En este cuarto trimestre está previsto un desembolso de 45 millones de dólares por gastos de reestructuración (principalmente despidos) y de otros 30 millones por el resto de obligaciones con sus empleados (planes de pensiones, por ejemplo).
«La refinería de Kwinana cuenta actualmente con aproximadamente 220 empleados; esta cifra se reducirá durante 2026 a medida que avance el cierre. Algunos empleados permanecerán después de 2026 para preparar el emplazamiento para futuras renovaciones», avanza la firma.
A vueltas con la alúmina
Este movimiento reduce la capacidad total de Alcoa en 2,2 millones de toneladas métricas, dejando en 11,7 millones la cantidad actual. 1,6 millones se corresponden a la planta de alúmina de San Cibrao, que opera a la mitad de su capacidad desde hace tres años. Esta factoría aportaba hasta hace unos años la rentabilidad que Alcoa no terminaba de encontrar en la fábrica de aluminio. Sin embargo, esta situación ha dado un giro en los últimos tiempos.
«Al analizar las perspectivas para 2027 y 2028, vemos sin duda una posibilidad de que la fundición compense las pérdidas (de la alúmina)», afirmó Molly Beerman, directora financiera de la compañía. «A plena capacidad, la fundición será rentable, generará efectivo y, con tiempo, será suficiente para cubrir las pérdidas de la refinería», defendió.
La planta de alúmina se alimenta de gas natural a través del gasoducto de A Mariña de Naturgy y la guerra entre Rusia y Ucrania elevó la presión sobre ella al disparar los costes de esta fuente de energía. La factoría perdió, de esta manera, su factor diferencial sobre su gemela de aluminio, que se ve expuesta a los vaivenes de los precios de la electricidad.