Aludium, Liberty, Sidenor… ¿Dónde están los antiguos pretendientes de Alcoa?

Liberty ha pasado de pujar por Alcoa a centrar sus esfuerzos en refinanciar deuda, mientras Aludium ha cambiado de manos, Trafigura asciende a beneficios récord y Sidenor entra en las quinielas para hacerse con Celsa tras cerrar dos compras el año pasado

La fábrica de Alcoa en San Cibrao volverá en enero a producir aluminio primario tras dos años de parón / EFE

La fábrica de Alcoa en San Cibrao volverá en enero a producir aluminio primario tras dos años de parón / EFE

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La crisis se vuelve a instalar en la planta de aluminio de Alcoa en San Cibrao. La multinacional con sede en Pittsburgh reculó este viernes y comunicó a los sindicatos su decisión de rearrancar las 32 cubas de electrólisis previstas para el próximo mes de abril pese a advertir previamente que, de hacerlo, agotaría sus fondos disponibles y unas líneas de crédito que ya se encuentran «al límite».

La compañía estadounidense arranca de esta manera un ejercicio que estaba llamado a ser el de su vuelta a la normalidad en A Mariña Lucense tras dos años de parón. Fue en diciembre de 2021 cuando dirección de empresa y sindicatos pactaron un cese temporal de la actividad en la planta de aluminio como plan b para solucionar una crisis de números rojos que le había llevado tan solo un año y medio antes (en mayo de 2020) a plantear su cierre definitivo.

En ese intervalo de tiempo entre la amenaza de cierre y el acuerdo con los sindicatos (que posteriormente sería modificado tras la escalada de los precios por la guerra en Ucrania) emergieron, principalmente, los nombres de cuatro candidatos: Liberty House, Aludium, Trafigura y Sidenor.

Las turbulencias de Liberty

La primera compañía, que capitanea el indio Sanjeev Gupta, fue la que reunió más papeletas en su momento para adquirir la planta de aluminio. Las negociaciones iban encaminadas a cerrarse de forma satisfactoria. Sin embargo, Alcoa informó sobre la bocina del rechazo de la oferta de Liberty al entender que su propuesta contenía «demandas no razonables y fuera de los límites».

Alcoa ofrecía la planta de aluminio por un euro y planteaba la aportación de 50 millones de euros a un fondo para garantizar «el éxito futuro de la factoría». Esta propuesta se quedó corta a los ojos de Liberty, que pretendía elevar esta cifra hasta los 170 millones y, además, ejercer control también sobre la planta de alúmina.

A este rechazo se sumó en los meses posteriores la crisis de Liberty. El grupo llegó a pedir ayudas por valor de 200 millones de euros al Gobierno británico que por aquel entonces encabezaba Boris Johnson para hacer frente a la quiebra de Greensill, su principal financiador, una propuesta que finalmente sería denegada.

Liberty respondió con un plan de ajuste que en su momento se saldó con ventas de activos en Francia o Reino Unido, pero que todavía continúa dando coletazos. No en vano, GFG Alliance (el conglomerado del que forma parte Liberty) anunció a finales del año pasado un principio de acuerdo «para una reestructuración de deuda con las partes responsables de los principales acreedores de Greensill Capital Limited, Greensill Bank AG y Credit Suisse Asset Management (Greensill quebró tras no poder hacer frente a un crédito de 140 millones de dólares que tenía pendiente con la entidad suiza).

Liberty define este movimiento como «un paso importante en la refinanciación del grupo», que tiene también un ojo puesto en los tribunales como consecuencia de sus estrecheces financieras. Y es que los impagos a ArcelorMittal por la compra de plantas siderúrgicas en República Checa o Rumania se han saldado con una orden de congelación de 140 millones de dólares en fondos en Singapur. Un tribunal del país asiático dictó esta sentencia para hacer valer un laudo arbitral bajo el cual se prohibía a Liberty sacar de Singapur cualquier activo ubicado en el país.

Según el Financial Times, diferentes empresas del conglomerado GFG Alliance se enfrentaron el año pasado a demandas de insolvencia por parte de acreedores. De hecho, los abogados de ArcelorMittal clamaban contra el grupo de Sanjeev Gupta por esta «red de empresas opaca» a través de la cual el conglomerado que lidera el empresario indio asegura facturar más de 20.000 millones de dólares al año.

El rastro americano de Aludium

Además de Liberty, otro de los candidatos a la compra de la planta de aluminio de San Cibrao fue Aludium. Se trata de la sociedad creada por Atlas Holdings para articular su inversión en las tres plantas que le compró a Alcoa en 2015 (Alicante, Amorebieta y Castelsarrasin -esta última en Francia-).

La firma, que ya había llamado a la puerta de las plantas de Alcoa y Avilés antes de su venta al fondo suizo Parter Capital, se perfilaba como una de las principales candidatas de la factoría de aluminio de San Cibrao sin que se estos esfuerzos llegasen a fructificar finalmente en un acuerdo. Ahora, casi cuatro años después, Aludium ya no es propiedad de Atlas Holdings, sino de la estadounidense Jupiter Aluminium, que selló su compra el pasado mes de abril para expandirse en Europa.

De Trafigura a Sidenor

En las quinielas de posibles compradores para Alcoa en San Cibrao también estuvo presente Trafigura. La multinacional especializada en el comercio de materias primas cerró su ejercicio fiscal 2023 (lo termina en septiembre) con unas ganancias récord por valor de 7.400 millones de dólares (unos 6.810 millones de euros al cambio actual).

La firma, que disparó su dividendo de 1.700 a 5.900 millones de dólares en un solo año alertaba, eso sí, de una desaceleración en la segunda mitad del año que, a su juicio, se prolongará también en 2024. «Nos enfrentamos a tiempos inciertos», destacó su CEO, Jeremy Weir. «Los bajos inventarios, las amenazas geopolíticas, las elecciones en casi dos tercios del mundo democrático en 2024 y unas frágiles cadenas de suministro provocan que los mercados sean frágiles y vulnerables a cambios repentinos en los picos de oferta y demanda», revelaba el ejecutivo.

Además de estos grupos, otra empresa, en este caso española, mostró su interés por Alcoa. Es el caso de la vasca Sidenor, cuyo presidente, José Antonio Jainaga, capitanea además la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía. La compañía cerró un 2022 de récord tras elevar sus ventas un 43%, hasta los 1.059 millones de euros, lo que le permitió disparar su beneficio un 92%, hasta los 48 millones de euros.

A la espera de cómo se desarrollan los acontecimientos en Alcoa, el nombre de Sidenor ha vuelto a aparecer en escena por su presunto interés en la compra de otra empresa. Se trata de Celsa, grupo catalán con filial gallega (Celsa Atlantic, con planta en A Laracha). Sidenor se perfila como el gran favorito en una puja de la que también forman parte la naronesa Megasa y el grupo extremeño Cristian Lay. En el caso de que Sidenor adquiera Celsa, expandiría aún más un perímetro que ya se incrementó el año pasado con la adquisición tanto de Mecanizado Cremalleras de Dirección por siete millones de euros como de la valenciana Aguilar Metal Recycling.

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