Jugada redonda de Navantia en Reino Unido: se queda los astilleros del Titanic sin asumir sus 185 millones de deuda

Navantia enfila el inicio de la construcción de los tres buques para la Royal Navy británica mientras el holding de Harland & Wolff (la socia a la que rescató) avanza una quita del 98% a su principal prestamista

El presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, durante un acto en los astilleros de Ferrol / Navantia

El presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, durante un acto en los astilleros de Ferrol / Navantia

El próximo 27 de enero se cumplirá el primer aniversario de la compra de los astilleros británicos de Harland & Wolff por parte de Navantia. La empresa pública española acudió al rescate de su socia después de que esta consumase su entrada en concurso de acreedores cuatro meses antes ante la imposibilidad de hacer frente a sus compromisos financieros.

El movimiento permitió asegurar el macrocontrato de 1.600 millones de libras (unos 1.840 millones de euros) para la construcción de tres buques de aprovisionamiento para la Royal Navy que ambas firmas se habían adjudicado junto a su socia BMT. Además, blindó la actividad de los cuatro astilleros de Harland & Wolff, en torno a los cuales giraban alrededor de un millar de empleos que pendían de un hilo como consecuencia de la delicada situación financiera que atravesaba la empresa.

Más plazo para pagar a los acreedores

Y es que Harland & Wolff arrastraba una deuda de 162 millones de libras (184,4 millones de euros) y de la cual los acreedores recuperarán solo una parte. Gavin George Scott, Matthew James y Clare Boardman, administradores concursales de Halo Group Holdings (su sociedad de cabecera) dictaron el pasado mes de julio la extensión del período de administración concursal de la empresa hasta finales de septiembre de 2026.

La firma gana, de esta manera, un año extra de margen para intentar hacer frente a una parte de los compromisos que en su día suscribió con los distintos acreedores. De esta ecuación queda fuera Navantia UK, que articuló su compra sin hacerse cargo de las deudas que la firma había heredado del pasado.

Navantia desembolsó 93 millones de libras (106 millones de euros) a comienzos de año para adquirir los cuatro astilleros y subrogar a sus respectivas plantillas. Además, la firma que capitanea Ricardo Domínguez se comprometió a invertir hasta 136 millones de euros para impulsar las obras de modernización necesarias para revitalizar las instalaciones. El grueso de esta cantidad (unos 103 millones de euros) irán a parar al astillero de Belfast (Irlanda del Norte), que hace un siglo construyó el Titanic y que ahora ocupa un papel clave en la construcción de los bloques de estos tres buques y que asumirá en exclusiva los trabajos finales de ensamblaje.

Los otros 33 millones de euros se repartirán entre los astilleros escoceses de Methil y Arnish y de Appledore (Inglaterra). Estos últimos acogerán, de acuerdo a la hoja de ruta trazada por Navantia UK, el simbólico corte de chapa con el que se dará inicio a los trabajos de construcción de estos tres buques de aprovisionamiento de 212 metros de eslora estén plenamente operativos de cara a 2032.

La hoja de ruta de Navantia

Navantia y sus astilleros superaron con éxito la Revisión Crítica de Diseño (CDR) que tuvo lugar hace dos semanas. Se trata del examen realizado por el Ministerio de Defensa británico y que se erige como el paso previo fabricación de los buques de apoyo de próxima generación para la Royal Navy,

El CEO de Navantia UK, Donato Martínez, defendió que el éxito del CDR confirmaba «el arduo trabajo y la colaboración entre el Ministerio de Defensa, BMT y Navantia UK». «Este hito demuestra que el programa está listo para satisfacer sus necesidades operativas, logísticas y de eficiencia a medida que se prepara para prestar servicios a la Royal Navy y la RFA”, destacó.

De esta manera, Navantia continúa quemando etapas con el mayor contrato que tiene en marcha más allá de las cuatro fragatas encargadas por el Ministerio de Defensa español (su valor se eleva hasta los 4.900 millones de euros). La empresa pública se mantiene así al margen del proceso concursal de Halo Group Holdings Realisations PLC.

El fondo Riverstone recuperará solo el 2%

Los administradores concursales de la empresa anteriormente conocida como Harland & Wolff Group Holdings Plc remitieron a finales del mes pasado el denominado «informe de progreso» a la Companies House británica (el equivalente al Registro Mercantil español). En el documento se daba cuenta de la existencia de un pasivo de 157 millones de libras (unos 178 millones de euros) con la gestora de fondos Riverstone Credit Management LLC y una estimación de otros 12 millones de libras en reclamaciones de trade creditors (acreedores no garantizados) tras haber recibido hasta el momento un total de 41 peticiones.

Tras haber vendido sus astilleros a Navantia, esta sociedad holding contaba con el 100% en Infrastrata como principal activo. Esta participación pasó a manos de Geostore Holdings LP (sociedad vinculada a Riverstone) el pasado mes de octubre mediante una condonación de deuda. Es por ello que Halo Group Holdings Realisations PLC tiene ahora únicamente dos activos con los que hacer caja. Por un lado está el pequeño astillero de Mallaig (Escocia) y por otro la devolución de casi 4 millones de euros por parte del Gobierno británico en concepto de devolución del IVA.

Con este escenario, los administradores concursales calculan que podrán entregar a Riverstone alrededor del 2% de las cantidades adeudadas en un plazo de «6 a 9 meses». Los acreedores no asegurados, por su parte, recibirán entre el «18% y el 25%» en el mismo plazo mientras que las reclamaciones de los empleados (por valor de unos 120.000 euros) ya han sido atendidas en su totalidad.

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